La Chía

La Chía

Usos y beneficios

La “Chía” fue para los mayas sinónimo de “fuerza”. Estas diminutas semillas, fuente de proteínas, grasas saludables, fibras, minerales (muy buena fuente de calcio y hierro), vitaminas y antioxidantes; eran valoradas por los pueblos precolombinos otorgándoles la capacidad de “dar un impulso de energía”.

 Su alta concentración de ácido graso alfa-linolénico (ALA), omega-3 de origen vegetal, es sin dudas uno de los aspectos nutricionales que se destacan en esta semilla. Contiene un 40% de aceite del cual el 60% es omega 3 (ALA).

El ALA es considerado ácido graso esencial ya que el cuerpo no puede producirlo, con lo cual debemos ingerirlo a través de nuestra alimentación.

El omega-3 ALA en las semillas de chía se ha relacionado a una variedad de beneficios a la salud como disminuir los triglicéridos, actividad antiinflamatoria, ayudan a disminuir la presión arterial y las enfermedades cardíacas, son útiles en el tratamiento de la artritis, enfermedades autoinmunes y cáncer.

Otro aspecto sumamente interesante de estas semillas son los fitoquímicos como la miricetina, quercetina y kenferol, conocidos por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas.

¿Cómo uso las semillas?

Realmente son muchas las formas en las que las uso. Tal vez la principal sugerencia sería intentar usarlas siempre en crudo o si las van a exponer al calor, que sea el menor tiempo posible, porque los ácidos grasos, la vitamina E y otros nutrientes son muy sensibles a la temperatura.

Acá algunos ejemplos:

Molidas en seco: es una de las formas más simples. Para esto conviene moler en seco (en licuadora o molinillo de café) las semillas y guardarlas en un frasco en heladera. Están listas para agregar a ensaladas, sopas, guisos, yogures, jugos, licuados, etc.

Una gran ventaja de la chía frente a las semillas de lino (otra fuente importante de los ALA) es que no se ponen rancias tan rápido.

Enteras o molidas en crackers: la chía es una de las bases de muchas galletas deshidratadas. Pueden usarse enteras o molidas. Por lo general, se activan (remojan) varias horas antes de usarse, pero también pueden usarse molidas en seco.

Remojadas, aprovechando el mucílago: si ponemos en contacto las semillas de chía con algún medio líquido, al cabo de 20 o 30 minutos desprenderán un mucílago (gel) que espesará la preparación. Esa textura espesa puede utilizarse para hacer un sustituto de yogur o de mousse.

Mermelada rápida: con diferentes frutas (idealmente frutos rojos, ciruelas, duraznos o alguna fruta similar) se puede hacer en pocos minutos una mermelada. Licuamos fruta fresca con 1 o 2 cucharadas de semillas de chía molidas y un poco estevia (u otro endulzante). Guardamos en un frasco en heladera y al cabo de unas horas vamos a tener una exquisita y simple mermelada de frutas de estación.

A usarlas!!! más salud , más bienestar

Usos y beneficios

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